La necesidad de fijar
población y atraer nuevos habitantes al medio rural son dos
objetivos que están siendo recordados de manera repetitiva, a la vez
que necesaria, en prácticamente todos los foros demográficos y
políticos. Entre las diferentes propuestas, que en ocasiones pecan
de ser excesivamente teóricas, no se suele tener en cuenta la
realidad cotidiana de los vecinos y vecinas del entorno rural. Se
intenta trasladar el modo de vida de las ciudades a estos entornos
rurales como solución inmediata, sin valorar las exigencias
vecinales que pasan en primer término por cubrir necesidades básicas
que hagan económica y socialmente sostenible la actividad cotidiana
en los pueblos.
Hace unos días se
presentaba en la Junta General del Principado un proyecto de Ley
sobre las Parroquias Rurales. Finalmente esta propuesta solo contó
con el apoyo de dos grupos parlamentarios y no salió adelante. En mi
modesta opinión, el debate sobre estas entidades locales menores
requiere mayor profundidad, y los concejos que contamos en nuestra
estructura con parroquias rurales tenemos que formar parte de manera
activa en la elaboración de un texto que garantice la sostenibilidad
y el futuro de estas entidades, ya que gracias a su existencia, la
gestión y el día a día de los vecinos del medio rural mejora de
manera notable.
Se ha perdido una
oportunidad de hacernos partícipes, pero se inicia un nuevo
horizonte en el que seguro que entre todos los agentes interesados
tendremos la oportunidad de sumar en pro de un objetivo común.
Creo que es hora de
abordar de manera decidida,entre otros temas, el sistema de
financiación de las parroquias rurales, unificando criterios en
toda la Comunidad Autónoma, involucrando al Gobierno Regional y a
los ayuntamientos. De esta manera evitaríamos la situación actual
de incertidumbre y las desigualdades provocadas con el actual sistema
de “autofinanciación”, según el cual los recursos obtenidos
dependen prácticamente en su totalidad de las subastas madereras o
subvenciones municipales sujetas a reglamentos propios de cada
ayuntamiento.
El Ayuntamiento de
Pravia, concejo de Asturias con más entidades locales menores (10),
está dispuesto a trabajar de la mano de las juntas de las parroquias
rurales, así como con entidades supramunicipales para llevar a buen
puerto un sistema eficaz y sostenible que proteja el futuro y
garantice la estabilidad de nuestros pueblos.
Quisiera por último,
aprovechar estas líneas para agradecer y visibilizar de manera
pública la gran labor que realizan las juntas de las parroquias
rurales, un trabajo duro y desinteresado que culmina con la mejor
recompensa posible, ver como los proyectos planteados para la mejora
del bienestar de tus vecinos se llevan a cabo. Así mismo, también
considero necesario reconocer la gran labor realizada desde la
Federación de Parroquias Rurales de Asturias (FAPAR), con su
asesoramiento y la defensa a ultranza del medio rural.
David Álvarez
Secretario General Agrupación Socialista de Pravia
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